Con más de cincuenta asistentes conectados desde distintas partes de Chile y Argentina, el martes 6 de mayo se desarrolló el coloquio “El rol de la psicología del testimonio en la litigación”, instancia que reunió a estudiantes, docentes y abogados en torno a una temática clave para la práctica forense contemporánea: la confiabilidad de la prueba testimonial.
La sesión fue guiada por el Dr. Francisco Javier Pascua Olguín, abogado argentino con amplia trayectoria en litigación penal, como juez, fiscal, defensor judicial y docente. Pascua, también académico y autor del libro Psicología del testimonio y teoría del caso, compartió con los asistentes su visión sobre cómo se aborda —y se malinterpreta— la prueba testimonial en juicios orales.
Uno de los principales aportes del encuentro fue la propuesta de diferenciar lo que una persona podría pretender en juicio, de lo que realmente puede aspirar. “Lo que se busca en el juicio no es una verdad absoluta, sino una verdad forense”, señaló el expositor. Y explicó: “la verdad real, si existe, solo está en manos de un ser superior; lo que los jueces tienen frente a sí es una versión aproximada, una construcción basada en percepciones, memoria, lenguaje y contexto”.
El coloquio incluyó un ejercicio práctico que sorprendió a los asistentes. Se proyectó una imagen durante breves segundos y se pidió a distintos participantes que relataran lo que habían visto. A pesar de haber observado exactamente la misma escena, las versiones entregadas fueron radicalmente distintas: variaban los elementos, colores, detalles y enfoques. Esta dinámica puso en evidencia cómo la percepción está moldeada por múltiples factores, desde la posición física hasta la experiencia emocional y el bagaje sociocultural de cada observador.
La actividad permitió discutir temas que no se suelen tratar en la formación jurídica tradicional pero que definen la calidad de la prueba viva: los límites de la memoria, los sesgos cognitivos, la exactitud sobre la veracidad, la preparación técnica del testigo, y el lenguaje verbal, no verbal y paralingüístico. Asimismo, respecto al rol pasivo que muchas veces adopta el sistema judicial frente a los testigos: “nos basamos en la fe o la intuición para creer, pero no tenemos formación en herramientas científicas para evaluar si el testimonio es confiable”, sostuvo el Dr. Pascua.
Durante el diálogo con los asistentes, se plantearon preguntas claves: ¿qué condiciones debe reunir un testimonio para generar convicción en el juez?, ¿cómo se construye la credibilidad?, ¿es éticamente válido preparar a un testigo para que sea “más creíble” aunque no sea exacto?, ¿es posible evaluar científicamente la expresión emocional de una declaración?
El debate fue acompañado por reflexiones del profesor Nicolás Frías, quien ofició como moderador, y de los participantes, varios de los cuales relataron experiencias personales en litigación que resonaron con lo expuesto.
El coloquio no sólo puso en cuestión la manera en que entendemos el testimonio dentro del proceso judicial, sino que también planteó un desafío a las nuevas generaciones de litigantes: dejar atrás el formalismo y avanzar hacia una comprensión más técnica, multidisciplinaria y rigurosa de los medios de prueba. En palabras del expositor, “no se trata de buscar verdades absolutas, sino de evitar errores judiciales irreparables”.
Actividades como ésta reflejan la importancia de abrir espacios de formación continua en materias que impactan directamente en la calidad del proceso y en las garantías de las partes. En la base de las decisiones judiciales está la prueba, por lo que la psicología del testimonio, lejos de ser una curiosidad académica, se presenta como una herramienta esencial para el juicio oral del siglo XXI.